miércoles, 14 de mayo de 2014

Marcadores caseros, de material reciclado.

Hola. Siempre hay tiempos muertos cuando haces una labor pesada. O porque has sobrevalorado tus fuerzas y/o posibilidades, o porque has calculado por lo bajo el material. En este caso fue por la primera de las condiciones, porque me empieza a pasar como al padre de Mafalda. Empiezo a ser mas joven que mi cuerpo. Y no calculo bien las consecuencias de mis actos, así que al día siguiente de hacer las rozas, no podía hacer casi nada, y por eso me dedique a hacer esto


Se trata de unos marcadores caseros. Están hechos con trozos de sierra de metal, y restos de madera (seguramente palets) y tubo de aluminio (restos de piezas de fotocopiadora).
Tengo un amigo carpintero, y le pregunte si usaba este tipo de marcadores (con la sana intención de regalarle uno). Me dijo que no, porque si te equivocas ya no puedes usar la madera (porque queda rayada). Pero yo le veo utilidad, sobre todo en aglomerado laminado. La raya se ve perfectamente.

El primero que he fabricado es justo el de abajo. Es un experimento en realidad. La madera es una lama de una persiana enrollable, que tiene muchos años. Así que es ideal para experimentar. Los agujeros, en este caso solo uno, ya que he aprovechado el de la propia hoja, están hechos con berbiqui manual. Es curioso lo poco que se tarda en hacer un agujero en estas hojas, o por lo menos en esta. Al poner los remaches, que son puntas normales y corrientes, reventó la madera de un lado, y quedo así. Pero es perfectamente funcional.
Después del "éxito" obtenido, me puse a mejorarlo con el tubo de aluminio. La ranura para alojar la hoja se abre con una sierra de metales, así tienes la medida exacta. Hay que hacerla con cuidado para que quede bien centrada. Se cortan las puntas, de forma que sobresalgan un poco por cada lado, y luego se remachan con un martillo, dándole un poco de forma redondeada. A continuación se lima y se lija al gusto, para evitar rebabas que pueden cortar. Las fotos son de una cámara muy mala, así que si puedo sacar otras mejores, las pondré mas adelante.

Ya metidos en harina, porque todo esto se hace muy rápidamente, me lío con otro. Eso si, aumentando la dificultad. Trozo de madera, "resto de serie", porque como los cocineros, aquí no se tira nada. El corte para la hoja la hago igual, con sierra de metal. Se sujeta la hoja dentro de la madera, y todo el conjunto en el tornillo de banco. Se hacen los agujeros con el berbiquí, se remachan las puntas y .... te das cuenta que todavía no has dado con la formula correcta. La madera empieza a notar el maltrato, manifestándose en forma de una pequeña grieta. Otra cosa a mejorar.
 Como la hoja queda firme, y estoy en proceso experimentador, me lío a mejorar el agarre. De paso me quito las ganas de ver si soy capaz de hacer este dibujo. No es difícil, pero si hay que tener cuidado de marcar bien las distancias. También le doy un poco de forma donde ira apoyado el dedo índice. En los cantos del mango también se le dibujan unas ranuras,  para mejorar el agarre.
  Ya con las ideas mas claras, emprendo la tarea de hacer el marcador definitivo.
El ultimo problema a solucionar es el del remachado de las puntas. Así que busco unas arandelas, que se introducen entre la madera y el remachado, y parece que funciona. La punta remachada no presiona tanto en la madera, lo hace sobre la arandela, y la presión de la arandela sobre la madera no abre grietas (o no lo hace en mi caso al menos). En este caso he usado la cabeza de la punta, como remache en uno de los lados.
 Y hasta aquí el "reportaje", ya que la tarde no dio para mas, y no he podido continuar con la labor. Cuando acabe, y con fotos mejor hechas, se verán mejor los detalles.

Hasta la segunda parte.




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